Is it Lust or Love?

Lujuria o Amor?

La lujuria siempre fue parte de mí, mucho antes de que conociera su nombre. Me reclamó como suya en la oscuridad que se convertiría en mi adicción al sexo, una prisión del tamaño del universo creada por mí misma. Mi enfermedad progresó silenciosamente. Algunos podrían argumentar que aún no he tocado fondo realmente, ya que mi vida nunca ha sido completamente trastornada por mis muchas recaídas.

Si mi adicción fuera una enfermedad física, sería una que comienza a nivel celular, matándome lentamente. Tal vez mi vida aún no haya sido sacudida por completo… todavía. Pero por dentro, he vivido en un desierto de soledad, ego, autocompasión, vergüenza tóxica y una comprensión completamente distorsionada del amor. Incluso cuando todo en la superficie parecía estar bien, mi mundo interior contaba una historia diferente.

No pretendo tener todas las respuestas, y gracias a Dios que no las tengo. Pero a través de la recuperación, he aprendido a reconocer algunas formas sencillas de examinarme a mí misma, para discernir si actúo desde la lujuria o desde el amor. Estas preguntas se han convertido en señales esenciales para mí:

  • ¿Me preocupa el bienestar de la otra persona o solo el mío?
  • ¿Por qué realizo cualquier acto de servicio? ¿Es para recibir atención o por un deseo genuino de ayudar?
  • ¿Quién está dirigiendo el espectáculo: ¿Dios o yo?
  • ¿Estoy siendo paciente y amable?
  • ¿Cuál es mi verdadera motivación detrás de mis planes o intenciones?

Durante años, pensé que el amor y la lujuria estaban entrelazados, a menudo indistinguibles. Pero la recuperación me ha mostrado que el amor no se trata de tomar, sino de dar. No se trata de consumir, sino de servir. El amor no es una prisión, sino que expande la libertad. Y cuando me rindo ante Dios, empiezo a vislumbrar lo que el verdadero amor puede ser.

Por eso sigo haciéndome estas preguntas, no porque haya llegado a la meta, sino porque de esta manera continúo aprendiendo. Y eso es lo que realmente significa la recuperación para mí: una práctica diaria de elegir el amor sobre la lujuria, la fe sobre el miedo y la verdad sobre las mentiras que mi adicción una vez me hizo creer.

Adria K., Washington, EE. UU.

Total Views: 24|Daily Views: 1

Share This Story, Choose Your Platform!