Soy Lina, miembro de SA y sobria desde el año 2010.
Nací en el año 1968, y tomé biberón hasta los 6 años, por lo cual era objeto de burlas en casa. Recuerdo mi casa de lámina y piso de tierra, éramos de escasos recursos y había muchas necesidades. Fui la última de 8 hermanos además de ser una niña enferma del estómago.
Mis padres no estaban disponibles para mí, estaban concentrados en sus adicciones, eran alcohólicos y adictos a la nicotina, no había buena comunicación en casa, había violencia intrafamiliar, bullying, maltrato psicológico y verbal.
En la escuela Primaria recuerdo que era una niña bien portada y sacaba excelentes calificaciones en todas las materias pero casi no tenía amigas, casi no me gustaba salir a jugar, me la pasaba recortando, pintando, dibujando, leyendo cuentos y estudiando. No me sentía cómoda entablando conversaciones con los demás, era muy reservada.
A la edad de los 9 años empecé a subir de peso, también empecé con el frotismo con los muebles de una forma compulsiva, hasta herirme, cuando veía mi piel muy lastimada les avisaba a mis familiares, ellos me llevaban al doctor para que me dieran tratamiento para las lesiones, al término del medicamento volvía a empezar otra vez, era muy niña para entender que me pasaba. Mis familiares tampoco entendían, quizás pensaban que era una niña precoz, me cuidaban mucho porque a cada rato me escondía para consumir frotismo.
Para la escuela Secundaria tenía 15 años y ya estaba practicando dietas en casa dietas para bajar rápido de peso porque odiaba mi cuerpo, no lo aceptaba frente al espejo, había fantasías románticas como en las telenovelas, relatos eróticos, fisgoneo, exhibicionismo y erotismo
En la preparatoria ya consumía masturbación compulsiva, en lugar de irme a estudiar me iba a los cines donde ponían películas explícitamente sexuales, allí me dejaba tocar y también tocaba.
Lamentablemente en aquella ocasión no terminé mi preparatoria porque caí en una depresión juvenil muy fuerte, tenía muchos pensamientos de suicidio, ganas de irme de casa y ya no regresar.
A mis 17 años, Dios me guió a pedir ayuda a mi primer grupo, siendo muy jovencita llegué a un grupo AA. Aunque yo no era alcohólica o drogadicta me aceptaron amorosamente y me enseñaron las bases del programa, los Pasos, servicios, juntas etc… Me sentía muy bien pero… yo no encajaba del todo allí. Se me sugirió seguir buscando mi recuperación en otra fraternidad
Así que me dediqué a buscar mi lugar en otras fraternidades, casi lo encontraba pero me seguía sintiendo a medias.
Ya un poco más repuesta después de años encontré un primer novio que ahora es mi esposo. Fue entonces cuando empecé con más problemas. Una mujer que llevaba muchos
años consumiendo lujuria en diferentes formas ahora le costaba mucho trabajo adaptarse sexualmente a un hombre real que me conocía y yo lo conocía a él.
A él llegué con la masturbación, fantasías sexuales, románticas y coqueteo. Rápidamente quedé embarazada y perdí a mi primera hija porque tenía malformaciones genéticas lo cual fue terrible para mí, me sentía culpable porque en aquel entonces era adicta a la nicotina yo fumaba a diario varios cigarros, mi Trastorno Alimenticio también se hacía más fuerte. Me veía terrible en el espejo y tomaba pastillas para quitarme el hambre , nunca lloré a mi hija ni hice el duelo por su pérdida, escondí mis sentimientos, siempre tratando de ser una mujer valiente, hecha de hierro.
Después, vinieron los 3 hijos rápidamente, yo con la masturbación a todo lo que daba y sintiéndome muy ansiosa lujuriando a mis cuñados, vecinos, conocidos pensando que físicamente eran mejor que mi esposo.
Para calmarme y poder relajarme empecé a estudiar para terminar mi preparatoria y después la universidad. Pero encontré la herramienta del Internet y la convertí en mi propia cárcel.
Me la pasaba horas en Internet haciendo tareas pero también metiéndome a páginas, buscando amigos casuales para consumir sexo o romance.
Terminé la preparatoria ya grande pero ya no tenía concentración para seguir la Universidad, estaba llena de distracciones sexuales y románticas mi energía estaba abajo, caía en depresiones constantes, frecuentaba hoteles de mala muerte, estaba enredada en varias relaciones tóxicas de parejas, gastaba mucho dinero en estar espléndida, infecciones de transmisión sexual que me llevaban al ginecólogo, veía porno casi diario, no podía dormir bien por las noches, amanecía desvelada, me daba atracones de comida que a veces me hacían vomitar, tuve un embarazo fuera del matrimonio que después fue un aborto. No rendía en la casa ni en la escuela ni en el trabajo.
Después de varios años, un día mi esposo me descubrió, dejé mi celular en la casa y él lo tomó porque me llegaban muchos mensajes y allí se le cayó su ídolo de barro y se rompió su imagen de mí, de esposa genial a prostituta, muy desilusionado explotó la bomba contra mí. Me corrió de la casa, me dijo que me iba a poner una demanda ante el Juez para que me quitaran a mis hijos, que aún estaban chiquitos y me dijo que me iba a dejar con mi familia y les iba a decir que yo era una prostituta además de llevarles la prueba del celular.
Cuando me enfrentó, se rompió la burbuja rosa de lujuria en la que viví por muchos años y sentí terror de que me quitaran a mis hijos.
Me amenazó de que si no buscaba ayuda y cambiaba nos íbamos a divorciar y mis maletas me esperaban en la puerta.
Un día ansiosa y desesperada quería consumir en la computadora y tratando de burlar los bloqueos que le había puesto mi esposo para no ver nada de cosas sexuales se abrió una página Web del grupo de Adictos al sexo Anónimos de México y me sorprendí, comencé a leer y una de las preguntas del Test decía : Tienes una doble vida? Y allí se me empezó a abrir la mente y comencé a leer hasta llegar a mi primera junta presencial.
Hoy pienso que fue un acto de la providencia que hizo que mi Poder Superior me escuchara y se manifestara apareciendo esa página Web ante mis ojos, era increíble que hubiera un grupo de este tipo.
Ese acto de la providencia me iluminó el camino para llegar a SA.
Hoy agradezco a Dios por haberme escogido entre tantas mujeres y haberme dado la oportunidad de encontrarme a mí misma a través de un programa maravilloso y amoroso que hace que me ame a mí misma, respete mi cuerpo, mi alma y mi ser.
Hoy he encontrado una fraternidad hecha especialmente para mí, que soy sexólica y que me sienta tan identificada con cada uno de mis compañeros.
La confianza con mi esposo cada día va creciendo y el amor verdadero también. Ya no quiero cambiarlo como antes, hoy elijo vivir con él y regocijarme en su amor. Hoy veo que el problema era yo y no él.
Duermo tranquila, me siento feliz aun con los problemas de la vida, mi lujuria a veces se aparece por allí de vez en cuando pero ya no le hago caso ni tampoco le tengo miedo, ahora le tengo respeto y es mejor evitarla para no sentirme incómoda.
Gracias Sexólicos Anónimos, ya encontré mi lugar y un sentido a la vida que no lograba encontrar, gracias Dios por haber estado cuidándome siempre con su mano anónima.
Lina H, Ciudad de México