La ayuda de Dios: Ofrecer en lugar de sólo pedir
La verdadera rendición no es sólo pedir ayuda, es ofrecernos al plan de Dios. En el Programa, he estado desarrollando el músculo de pedir ayuda a Dios. "¡Ayúdame a estar sobrio! ¡Ayúdame a alejarme de la lujuria! ¡Ayúdame a rendirme! ¡Ayúdame! ¡Ayúdame! Ayúdame". A medida que fortalezco este músculo -que a veces requiere un acto de total confianza- también estoy cambiando mi perspectiva hacia una forma más suave. En primer lugar, creo que Dios tiene un plan para mí, un plan para mantenerme sobrio día a día. Así que, en lugar de pedirle a Dios que me ayude, le pregunto: "¿Cómo puedo ayudarte, Dios, a cumplir Tu plan para mí?".