Base Salary Versus Bonuses

Sueldo base frente a incentivos

El amor y la voluntad de Dios en su vida es todo lo que necesita, y cualquier otra cosa es un extra.

Crecí con ganas de ser abuela; me encantaba la idea de tener familia e hijos. Le pondría a mi hija el nombre de la chica que se sentaba en la última fila de la clase. Estaba en primero de primaria, miré al niño del que estaba enamorada y pensé: «Si tuviéramos una hija, le pondría el nombre de mi compañera que es la número uno de la clase». Bonito, ¿verdad? Me río porque solo tenía cinco años cuando hice esto.

¿Esto me convierte en sexólica? ¿Fue solo una obsesión o un primer amor de la infancia? Bueno, siempre me ha gustado la sensación de estar enamorada. Sí, el amor… la hierba es más verde y el sol parece más brillante. Y cuando le miro, me encanta que me devuelva la mirada en la distancia. Me encanta esta melodía unilateral sin sentido. No sé cuándo se convirtió en obsesión; no sé cuándo esta tontería se convirtió en locura.

A ver si me explico: no digo que no pueda amar. Solo digo que estoy obsesionada con la idea de estar enamorada. Siempre necesito a alguien que sea «un potencial marido». Alguien con quien pueda obsesionarme con tener una familia… la solución mágica. Entonces, todo estaría bien. ¿Pero es eso cierto? Bueno, me he enamorado más veces de las que puedo contar con los dedos de la mano, pero descubrí que el amor está en la falta de necesidad, y la lujuria está en la necesidad. Esto significa que cuando necesito algo, se convierte en lujuria. No es amor porque lo necesito a él, y solo a él. Hago de él mi Poder Superior. ¿Qué pasa cuando él está en mi vida? Me falla, no porque no sea válido, sino porque no puedo alimentar mi hambre de Dios con él. Yo necesito a Dios, solo a Él, y Él puede saciar mi hambre de amor.

Por eso, la gente es como los incentivos, porque yo no obtengo mi salario base de ellos; lo obtengo de Dios. Mi Dios, mi único empleador, me paga y sacia mis necesidades básicas, así que no necesito preocuparme por mis necesidades. Puedo dar sin ansiar los resultados. Los incentivos son extras. Cuando los tengo, es maravilloso, pero cuando no, siempre tendré mi salario base, que es mi Dios, y eso es lo que hace que la vida sea placentera para mí.

Arpita, Delhi, India

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